Así se comen los espárragos en la casa de mi madre, con esta receta de mi abuela paterna, que no puede ser más simple, pero que consigue que, a pesar de la pimienta y el vinagre, el sabor del espárrago sea el protagonista absoluto. Eso sí, las cantidades, son a ojo.
Un manojo de espárragos
Un par de cucharadas de harina
Sal
Pimienta blanca
Aceite de oliva virgen extra
Un chorrito de vinagre y agua
Ponemos un poco de aceite en una sartén y rehogamos los espárragos ligeramente, añadimos un poco de agua, y dejarmos hervir unos minutos hasta que estén tiernos.
Añadimos la harina, rehogamos un poco e incorporamos el agua y un chorrito de vinagre. Removemos bien para que no se formen grumos, sazonamos con sal y pimienta, y dejamos que hierva despacio hasta que espese la salsa, añadiendo más agua si fuese necesario. Probamos, y ajustamos a nuestro gusto de sal, pimienta y vinagre.
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