1 Kg de espinacas
6 ó 7 ajos
Harina
Pimentón
Azafrán
Perejil
Vinagre
Aceite y sal
Ponemos un fondo abundante de aceite en una cacerola y doramos en él 5 ajos a rodajas, despacio, que el aceite coja bien el sabor. Cuando empiecen a dorarse, echamos las espinacas y las rehogamos bien, hasta que pierdan todo el agua y sólo quede el aceite. Entonces, añadiremos 2 cucharadas colmadas de harina, el pimentón y la sal, y continuamos rehogando un poco más.
En un mortero, machacamos los dos ajos restantes, el perejil y unas hebras de azafrán. Una vez bien majado, le diluimos el vinagre y lo añadimos a las espinacas, lavando varias veces el mortero con agua y añadiéndola también. Las espinacas deben quedar casi cubiertas de caldo. Lo dejamos cocinar unos minutos sin dejar de remover, ya que al llevar harina, ésta se puede ir al fondo y pegarse.
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