Las tortas de Aranda, se untan con aceite de oliva antes de hornearlas, consiguiendo así su característico color dorado. Como muchas grandes recetas, las tortas de Aranda, nacen de la casualidad, parece ser que se hacían unos panes aplastados, sin una forma muy cuidada, para meterlos al horno antes de hacer otros panes, y comprobar así la potencia del horno, pero con el tiempo, han pasado a tener identidad propia, se elaboran en muchas zonas de castilla león, y son el acompañamiento perfecto para un lechazo asado.
La versión que yo traigo es una receta muy fácil de hacer en casa, ya que, no tiene que subir mucho, por lo que no es necesario horas de levado.
500gr de harina de fuerza
300gr de agua
50gr de aceite de oliva
10 gr de sal
En el agua, ligeramente templada, diluímos la levadura, añadimos la harina, y dejamos reposar una hora. Añadimos el aceite y amasamos bien. Formamos las tortas, las colocamos sobre la bandeja y volvemos a reposar. Cuando hayan doblado su volumen, las pincelamos con más aceite, y marcamos los agujeros con los dedos.
Calentamos el horno a 250º, y justo cuando vayamos a meter los panes, bajamos a 200º. Metemos el pan, y horneamos unos 20 minutos, hasta que las tortas estén doradas.
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