A diferencia de los pestiños de Córdoba, estos llevan almendra molida, aunque lo más llamativo es su forma, ya que no van liados sino como una especie de croqueta aplastada con los dedos.
INGREDIENTES (SALEN UNOS 40)
1/2 kg de harina
160 ml de aceite de oliva
160 ml de vino blanco de Montilla-Moriles
Matalaúva
Clavo
4 cucharadas de almendra molida
La ralladura de un limón
Más aceite de oliva para freír
Más aceite de oliva para freír
Freímos el aceite con un trozo de la cáscara del limón, y cuando se empiece a dorar, apartamos y dejamos que se enfríe.
Ponemos todos los ingredientes en un cuenco y amasamos hasta que todo esté integrado, dejando la harina para el final, así, la vamos incorporando sólo hasta que podamos manejar la masa sin que se pegue a los dedos, pero cuidado, si ponemos demasiada harina, los pestiños quedarán duros.
Ponemos abundante aceite en una sartén y vamos haciendo los pestiños. Para ello, cogemos un trozo de masa como una croqueta, y la aplastamos apretando con tres dedos a lo largo, sacando así tres orejas a la croqueta. Vamos friendo por tandas sin llenar mucho la sartén para que no se enfríe el aceite, los dejamos dorados y los sacamos a un plato con papel absorbente. De aquí, los pasamos a un plato con azúcar y canela molida, para que queden bien cubiertos.
He estado viendo todas tus recetas de Castro, que son muy parecidas a las de Córdoba capital.
ResponderEliminarEstos pestiños se varían poco, los de aquí no tienen almendras. Deben estar muy ricos.
En cocina, las fronteras geográficas no existen o están muy difuminadas, sin embargo, cuando uno, reúne, sin ninguna pretensión, aquellas recetas que han estado toda la vida en casa y que proceden de un pueblo y no de otro, es cuando se aprecian las pequeñas diferencias que identifican la gastronomía del lugar. En fin, es un tema que daría para conversar, y mucho.
ResponderEliminarGracias, Chari, por tu comentario, y no dejes de probar los pestiños, son riquísimos.