TARTA DE MENTA Y CHOCOLATE

Esta es la receta al completo de la tarta que hice para mi hija en su décimo cumpleaños, aunque parte de ella se estropeó, en concreto la cobertura, que al final, por falta de tiempo tuve que sustituir por una crema de queso y mantequilla que quedó demasiado líquida y ya no dio tiempo a que se compactara, por lo que la tarta presentaba un aspecto de cosa chorreante, que sin embargo, despertó exclamaciones de admiración por parte de niños y adultos. Todo el mundo coincidió en que era espectacular, excepto yo, claro.
En la receta ya he corregido lo que creo que se debía corregir, ya que aunque estaba riquísima, la mousse quedó demasiado floja, y se deshacía al cortarla, por lo que he aumentado la cantidad de gelatina. Por lo demás era una tarta muy rica, si nos gusta la menta y el chocolate.
Volveré a hacerla correctamente y actualizaré la receta y las fotos si me sale bien y quizá sustituya la cobertura de nata por una crema de mantequilla, no se, ya iré haciendo los cambios, merece la pena porque como digo es una gran tarta.
Yo la hice en tres días, el primero, para cocer los bizcochos, el segundo para hacer la mousse y rellenarlos y el tercero, para montar la tarta y cubrirla.





Bizcocho:
8 huevos
400 gr de azúcar
300 gr de aceite de girasol
200 gr de chocolate en polvo
400 ml de nata
600 gr de harina
2 sobres de levadura

Mousse de menta:
6 huevos
150 gr de azúcar
10 láminas pequeñas de gelatina
Aroma de menta
Colorante verde
350 gr de nata
1/2 taza de chips de chocolate

Almíbar:
250 ml de agua
100 gr de azúcar
2 cucharadas rasas de cacao en polvo

Cobertura:
750 ml de nata montada
150 gr de azúcar glass
Dos cucharadas de leche en polvo
Colorante verde

Figuras realizadas en pasta de azúcar de distintos colores

En primer lugar, preparamos dos moldes, uno de 28 cm de diámetro y otro de 18 cm. Los engrasamos ligeramente con aceite de girasol y le colocamos en la base un círculo de papel de hornear.
Calentamos el horno a 180º.
Para hacer el bizcocho, batimos muy bien los huevos con el azúcar y le añadimos uno a uno los ingredientes líquidos, sin dejar de batir. Por último le añadimos la harina tamizada junto con el cacao y la levadura y continuamos batiendo hasta que quede totalmente homogéneo. Repartimos la masa en los moldes y horneamos durante unos 45 minutos aproximadamente. El tiempo es orientativo, cuando lleve 30 ó 35 minutos, debemos pincharlos con un cuchillo para calcular así el tiempo que le queda.
Envolvemos en film los dos bizcochos y los dejamos reposar hasta el día siguiente.
Para realizar el mousse de menta, en primer lugar, separamos las claras de las yemas y batimos estas últimas junto al azúcar hasta que estén blancas. Por otro lado, remojamos un rato la gelatina y cuando esté hidratada, la ponemos en un cazo a calentar hasta que se deshaga.
Montamos la nata y la añadimos con cuidado a las yemas. Agregamos unas gotas de colorante verde, unas gotas de aroma de menta, la gelatina, y por último, las claras a punto de nieve, mezclándolas con muchísimo cuidado para que no se bajen demasiado. Guardamos esta mezcla en el frigorífico.
Hacemos el almíbar, hirviendo unos minutos los ingredientes hasta que se reduzca ligeramente.
Empezamos a montar la tarta, cortándola horizontalmente para formar dos discos. Colocamos uno de ellos sobre una base de cartón o sobre el plato en que vayamos a servir la tarta, le colocamos también el aro del molde en el que la hemos cocido y regamos la primera mitad con la mitad del almíbar.
Añadimos a la mousse los chips de chocolate, mezclamos bien y la volcamos sobre el bizcocho.Colocamos encima el segundo bizccocho, que también mojaremos con almíbar.
Con el bizcocho pequeño, en un plato aparte, realizamos la misma operación, y guardamos ambos en el frigorífico hasta el día siguiente, para que se compacte bien.
Montamos bien la nata con la leche en polvo y el azúcar glass, hasta que esté bien durita. Cuando esté casi montada, le añadimos unas gotas de colorante y la terminamos. Reservamos en el frigorífico.
Para montar la tarta, colocamos la grande sobre la base en que la vayamos a servir y le pinchamos en el centro cuatro pajitas de plástico, cortadas a ras, formando un recuadro menor que el bizcocho pequeño, teniendo cuidado de que estén bien centradas. Colocamos encima la tarta pequeña y sólo queda cubrirla.
Cubrimos con una espátula toda la tarta, dejándola lo más lisa que nos sea posible. Podemos hacerlo por partes, untando una capa fina de nata en primer lugar, la dejamos compactar en el frigorífico como una hora y después seguimos cubriéndola con el resto de la nata.
Por último, le colocamos las figuras que hayamos hecho con el fondant de colores. El búho debe ir montado sobre dos palillos de brochetas para poder pincharlo hasta el fondo de la tarta y que no se mueva.
Como dije al principio, la cobertura que aparece en la foto no es la de la receta, sino un frosting de queso crema, nata y azúcar glass que de momento no explicaré ya que, aunque estaba rico, no tenía ni mucho menos la consistencia adecuada.



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